Conocer a… Cabo Díaz: ‘Ejemplo de entereza ante lo irremediable’ (Ejercito de Tierra)

Nuestros hombres y mujeres

El Cabo Díaz no se resigna; su mujer, tampoco. Ambos saben, desde hace un par de años, que su primogénito, Álvaro, se les marchará antes de estrenar la adolescencia. El niño, que tan solo cuenta seis primaveras, sufre una de esas enfermedades denominadas «raras», la Niemann Pick tipo C (NPC), que es neurodegenerativa y, para la cual, a día de hoy, no existe cura.
Conocer a... Cabo Díaz: 'Ejemplo de entereza ante lo irremediable'
Conocer a… Cabo Díaz: ‘Ejemplo de entereza ante lo irremediable’

Tras recibir el zarpazo de semejante noticia, la pareja decidió no quedarse «con los brazos cruzados, sentados en el sofá» y crearon la asociación ‘Juntos Podemos Vencer’. «A través de ella tratamos de recabar fondos para la investigación de un tratamiento», comenta el cabo, ya que la Niemann Pick tiene una prevalencia de uno entre un millón, lo que explica por qué esta patología tiene un interés nulo para los laboratorios.

Mientras tanto, las células del pequeño organismo de Álvaro se deterioran, se deforman y, finalmente, mueren, en un proceso que afecta fundamentalmente al cerebro, el hígado y el bazo. La Nieman Pick es una enfermedad degenerativa, mortal en el 100% de los casos. En otras palabras, cruel.

Además, cuando la pareja conoció la noticia, ni el cabo Díaz ni su mujer podían sentarse por entonces en el mismo sofá. El de él estaba en Badajoz, en la residencia de tropa de la base “General Menacho” (Bótoa), y el de ella, en Sabadell (Barcelona).

Conocer a... Cabo Díaz: 'Ejemplo de entereza ante lo irremediable'

«Ahora, por lo menos, tras la tramitación de un expediente de conciliación familiar —que le asignó al cabo una vacante en la Inspección General del Ejército—, podemos vivir juntos», afirma el militar. Esto les ayuda a sostenerse mutuamente para mantener la entereza ante lo que se dibuja en el horizonte familiar como irremediable. Sobre todo porque Álvaro también tiene un hermano de cuatro años, por suerte perfectamente sano, y por el que sus padres también tienen que velar. No se pueden dejar caer.

Y no lo van a hacer, porque no están solos. Iniesta, el jugador de fútbol —se enteró de que su nombre era una de las pocas palabras que el niño pronunciaba— se ha comprometido a ayudarles con el lanzamiento de un juguete apadrinado por él y cuyos fondos irán destinados a la investigación de la enfermedad. También sus compañeros militares les apoyan. En noviembre estuvieron en la Fira de Sabadell montando una pista americana para una fiesta convocada por la asociación. En esa fiesta, Álvaro celebró su sexto cumpleaños.

Fuente: Ejército de Tierra