EN PAUSE CON ZAIDA CANTERA, diputada socialista y comandante en retiro del Ejército de Tierra
Jueves de sol. En el Congreso de los Diputados, los leones se han puesto gafas y Cervantes está en el ambiente.
Movimiento en el ala oeste del Grupo Parlamentario Socialista. Tercera planta. Aquí tiene su despacho Zaida Caldera, más Quijote que Dulcinea, aunque los dramas siempre tienen su parte de molinos de viento o gigantes, según el ojo del protagonista de la historia con que se mire.
Dos hileras amplias de secretarias. Un secretario. Así, a la vista. Una de ellas rompe el plano de nuestra espera llevando dos cafés al garito de César Luena, secretario de organización del PSOE. Por aquello de que estamos en el siglo XXI y el tópico de la secretaria ha saltado por los aires, llama la atención.
Total, que venimos en son de paz para hablar con una diputada que hasta hace poco estaba en la guerra. Literal. En 24 horas, una política con el ejército a flor de piel ha leído la propuesta de entrevista y ha respondido que sí. Decisión. Acción. Y aquí estamos. Así funcionan los nuevos.
Estos días Zaida está en los titulares. Si hay elecciones, podría ser una diputada fugaz si le hacen, de pronto, colgar también estas botas. Dicen. Con su curriculum vital intenso, su experiencia política de unos meses y esa amenaza de descarte en el horizonte, disparamos. Con balas de fogueo.
Usted entró en política para cambiar las cosas. Tras cuatro meses sin Gobierno, ¿es fácil tirar la toalla?
Nunca tiro la toalla. Siempre se puede hacer algo. En estos cuatro meses he ayudado a algunas personas, y eso es una satisfacción. Es cierto que, a veces, te quedas con una cierta sensación de impotencia, porque piensas: “estoy en el nivel en el que estoy, y no puedo hacer más”, porque hay cuestiones que sobrepasan mis funciones e invaden otras responsabilidades. Me llegan temas que claramente son injustos y urge cambiarlos, pero todo eso lleva tiempo…
El PSOE tampoco ha tirado nunca la toalla. Desde el 20 de diciembre está con la mano tendida, pero los acuerdos necesitan que haya un interlocutor al otro lado.
¿Le gustaría un pacto PSOE, PP y Ciudadanos?
No me gustaría un pacto con el PP. Estoy diametralmente en contra del PP, aunque somos occidentales, y siempre podemos llegar a algún punto en común. Lo estamos viendo estos días en los plenos del Congreso, ya que hay cuestiones que se votan por unanimidad. En la base real de mis concepciones ideológicas no hay nada que me una al PP.
Supongo que para una militar, acostumbrada a un ritmo más ejecutivo de toma de decisión y acción, la política debe ser todo como a cámara lenta…
Eso forma parte de la impotencia que siento a ratos al ver que todo tiene su trámite…
Por no hablar de la burocracia y el ritmo de los partidos, que también son un poco elefantes…
Sí…